El empresario Alejandro Gil, en cuarentena a la espera de diagnóstico, dirige a su madre para imprimir máscaras 3D que protejan a operarios de Emulsa

Dar la cara contra el virus

Luján Palacios 26.03.2020

En la empresa del gijonés Alejandro Gil ni el coronavirus puede con las ganas de ayudar a los demás. El joven, creador de una compañía de impresión en 3D (Portachiavi), se ha sumado a la oleada de iniciativas solidarias que estos días se desarrollan en la ciudad para aportar su granito de arena, aún cuando él mismo está a la espera de diagnóstico tras haber presentado síntomas en los últimos días. De sus impresoras saldrán en los próximos días hasta medio centenar de máscaras de protección para los trabajadores de Emulsa, encargados de la limpieza municipal.

Como él está en cuarentena en casa, es su madre, Ángela García, la encargada de manejar las máquinas de impresión digital. “Supermami la llamamos”, bromea Gil, que permanece en su domicilio desde hace una semana “sin bajar al taller”, pero dando las instrucciones oportunas para el desarrollo de los equipos básicos de protección.

Ayer mismo, personal de Emulsa visitó el taller para hacer comprobaciones sobre los prototipos que ya tienen diseñados, y que serán entregados al gerente para su aprobación. Es la empresa municipal la que surte de plástico a la compañía, y ellos hacen un preciso corte láser para insertar un plástico a la máscara. Sólo falta hacer unos pequeños ajustes para que encajen perfectamente y se ajusten a la cabeza del usuario y la previsión es la de crear en pocas horas cerca de medio centenar de máscaras para los trabajadores; si todo va bien, puede que también para los conductores de Emtusa.

De este modo, ponen su pequeño granito de arena a un proyecto en el que quisieron colaborar “desde que nos enteramos, nada mejor que usar la tecnología para lo que más se necesita, cuando hay tanta demanda”, reflexiona Alejandro Gil, que también trabaja como tornero. Su madre lo ha acompañado desde el inicio en el negocio de la fabricación aditiva, aún cuando “no tenía ni la más remota idea de qué iba este mundo”.

Pero las ganas colaborar en el negocio familiar, que empezó haciendo llaveros y se ha consolidado con la fabricación de bolas de Navidad personalizadas, ha podido más que el desconocimiento. Ayer mismo la matriarca fue la encargada de explicar al personal de Emulsa el proceso y de tomar nota de las modificaciones necesarias para las máscaras de protección, que esperan que cumplan las medidas de seguridad requeridas.

Y además, están creando soportes rígidos para equipos de protección con destino al Hospital San Agustín de Avilés donados de forma altruista. Toda la familia por la salud.

fuente: https://www.lne.es/gijon/2020/03/26/dar-cara-virus/2617191.html